Desde hace algunos años atrás este país ha estado en boca de todos, en España y otros paises más de la Europa Sur-Occidental. Es lógico, un gran número de inmigrantes rumanos conviven con nosotros a diario.
La mayor parte de nosotros no tiene una buena imagen de ellos, ya bien sea por motivos justificados o por simple intolerancia, ligada en muchas ocasiones a la propia ignorancia.
Fue curioso cuando barajé la posibilidad de elegir a Rumanía como mi país de destino. Todos me preguntaban asombrados el porqué de irme a un país “tan malo y tan pobre”. Yo no pensaba del mismo modo, es cuando entonces la puse como primera en la lista.
Me paré a pensar qué destinos teníamos:
Francia, Italia, Portugal; no eran nada interesantes, casi toda la gente ha estado allí, tenía que diferenciarme.
Dinamarca, muy interesante y a la vez demasiado caro, tendría que agregarle unos cientos de euros a la beca para, tan solo, hacer vida.
República Checa, Polonia y Rumanía, fueron mis prioridades. Nuevos para mí, lugares muy diferentes a los nuestros en cuanto a cultura, idioma y gente.
Ahora bien, comienzo a informarme sobre la situación en esos países, sobre todo por lo económico y por las futuras salidas profesionales. No cabía duda, muy posiblemente Rumanía y Bulgaria entrarían en la zona Euro en 2013, dos años después de mi posible llegada.
Estaba decidido, me iba a estudiar a un “posible” país emergente, ya que viendo la situación de España, no cabía duda.
Luego tuve en cuenta que eran tierras aun sin explorar. Esa idea que se tiene de Rumanía tan absurda, cuando casi nadie es capaz de venir a conocer la realidad.
No me gusta esa forma de pensar, así que tomé la decisión de comprobar.
Ya son casi tres meses viviendo en este país y he de reconocer que estoy encantado. La imagen que se tiene es la de los gitanos rumanos en España, nada que ver con lo que me he encontrado. Hasta el día de hoy no puedo decir nada malo de esta gente, es gente normal y corriente, sólo que el nombre de la nación es Rumanía y por ello son rumanos.
La gente es abierta, hospitalaria, simpática, como en cualquier otro lugar del mundo.
A esto hay que sumarle que la inmensa mayoría de los jóvenes hablan rumano e inglés, muchos francés, español, alemán e italiano; incluso muchos mayores también dominan varias lenguas, asignatura suspensa en nuestro querido país.
Es un pueblo con un gran potencial, aquel que aún les queda por desarrollar, lo que creo que no queda lejos de lograr.
Por otro lado, el coste de la vida aquí es algo más bajo para algunas cosas.
Los restaurantes, el transporte público, el ocio y las tarifas de telecomunicaciones son las que más destacan en baratas. Luego la ropa, comida en supermercado, tecnología, etc a veces es incluso más caro. Siempre comparando con España, claro está.
La moneda es el LEU y un EURO equivale aproximadamente a 4,35 LEI, algo muy positivo para hacer vida de estudiante.
En resumen, hasta ahora todo ha sido un cúmulo de cosas positivas, sumándole la experiencia en idiomas como el inglés y el rumano, en los que me encuentro bastante involucrado.
Aquí queda una pequeña explicación de lo viene siendo Rumanía.
Un saludo.
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